El esguince de tobillo es una de las patologías traumatológicas más frecuentes, tanto en la práctica deportiva como en la vida diaria. Generalmente, se trata de una lesión benigna sin consecuencias funcionales a medio plazo, por lo que es muy importante tratarlo adecuadamente para no provocar una lesión crónica en el tobillo ó inestabilidad crónica, que muchas veces sobreviene después de uno o varios esguinces cuya gravedad pasó inadvertida, por lo que no se realizó un tratamiento apropiado.
Se produce una elongación o desgarre parcial o total de los ligamentos, las bandas fuertes de tejido que cruzan las articulaciones y conectan los huesos entre sí, que soportan el tobillo al realizar un movimiento de inversión o eversión del pie.
Grado I: Dolor leve, se produce estiramiento de las fibras, poca dificultad al andar, poca inflamación, dolor a la palpación moderado.
Grado II: Dolor moderado, dificultad al andar, inflamación de la zona, fractura parcial de las fibras ligamentosas.
Grado III: Dolor severo, mucha dificultad para poner el pie en el suelo, inflamación exagerada, fractura total de las fibras con o sin desgarro óseo.
Aproximadamente entre un 10-30% de los pacientes que sufren esguince de tobillo sufren secuelas residuales. Esta patología residual varía desde inestabilidad funcional, que puede derivar en un esguince recurrente, inflamación, dolor recurrente e inestabilidad mecánica.
Aunque muchos esguinces de tobillo no se pueden prevenir, sin embargo, se puede disminuir el riesgo de esguince si se siguen los siguientes consejos:
* Descansar al sentir cansancio al hacer deporte o ejercicio.
* Hacer ejercicios que fortalezcan los músculos de la pierna y el pie.
* Usar el calzado adecuado para la actividad que vayamos a realizar.
* Aprender las técnicas adecuadas para realizar ejercicio o hacer deporte: esto disminuirá el estrés en todos los músculos, ligamentos y tendones.
* Si se ha producido con anterioridad una lesión de tobillo no tratada es más probable sufrirla de nuevo, por ello aunque ya no exista dolor hay que concluir el tratamiento terapéutico con su respectivo fortalecimiento y trabajo propioceptivo.
* No emplear tobilleras a menos que esté indicado por gran laxitud e inestabilidad de tobillo del paciente. Esta práctica no previene la lesión, en vez de ello nos hace dependientes al no permitir al cuerpo que trabaje con normalidad a nivel circulatorio, además, los receptores sensitivos que existen en la articulación acaban alterándose.
Y sobre todo para la prevención y recuperación del esguince se recomienda sesiones periódicas de Quiromasaje que incluya fricciones y frotaciones suaves para evitar la fibrosis y favorecer el trofismo aumentar el riego sanguinea y mejorar la circulación de retorno, incluyendo en la terapia, además de la zona afectada, toda la musculatura del pie y pierna. El masaje es una técnica de recuperación que nos permitirá evitar la cronificacion de la patología al acelerar la recuperación y la incorporación pronta a la normalidad, evitaremos asi la repetición de los esguinces por una debilidad producida por la inactividad de la musculatura periarticular.
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